La ruta que hoy nos ocupa nos traslada a uno de los lugares más mágicos de la comarca del Alto Palancia. Enclavado en pleno parque natural de la Serra d'Espadà, Almedíjar, cuenta con el privilegio de, a escasos metros de su núcleo urbano, poder adentrarse y disfrutar en el Barranco de Almanzor, uno de los paisajes más especiales que ofrecen al visitante la característica piedra de rodeno, los alcornocales de uno de los bosques más extensos de la Comunitat y los aromas de la flora de las especies autóctonas de Espadà.
El recorrido es apto para todos los públicos. Tanto es así que su trazado, de ida y vuelta por el mismo camino, hace que lo pueda hacer tan largo o corto como desee sin necesidad de finalizarlo.
El barranco de Almanzor se convierte en uno de los paseos más emblemáticos de esta pequeña población palantina. Entre pinos, olivos, alcornocales, carrascas, castaños y un sinfín de hierbas aromáticas nos adentramos en un paisaje único, marcado como un PR con marcas amarillas y blancas, completamente señalizado y tematizado.
Para acceder hasta el barranco llegaremos desde Castelló y Valencia hasta Soneja, por la A-23, hasta llegar por la CV 200 hasta Almedíjar. Una vez allí podemos acceder al barranco o bien por el mismo municipio, donde dejaremos el vehículo hasta buscar la zona recreativa de los Pinos (desde donde empieza la ruta), o bien dejando el coche en la zona de la Fuente del Cañar, donde caminaremos por la carretera de Aín hasta entrar a mano izquierda por un camino que nos hará atravesar el barranco para salir a los Pinos y partir hacia el barranco.
Una vez en el área recreativa, partiremos por el camino perfectamente señalizado y asfaltado para, posteriormente, llegar hasta el tramo de bosque de alcornocales en la ladera del barranco. A lo largo del trazado, el consistorio ha ido señalizando el recorrido con paneles informativos que narran leyendas y tradiciones que ayudan a conocer mejor la historia y valores del municipio.
Al llegar al Arco del Estrecho, continuaremos nuestra ruta atravesando el Azud que lleva el mismo nombre, un pequeño riachuelo que al cruzarlo, nos adentrará hacia alcornoques y montaña. La primera parada la realizaremos para conocer la vinculación del carbón en Almedíjar. Además de una caseta del Carbonero, podemos visualizar una carbonera como tal y un panel en el que explicará cómo construirla.
En la antigüedad, ver humear carboneras por los montes de Almedíjar era de lo más habitual. Con el fin de aportar dinero a la economía familiar, los almedijanos producían carbón de alta calidad por la gran cantidad de pinares y alcornocales de la zona.
La segunda parada de nuestra ruta nos conducirá a ver uno de los árboles más emblemáticos de la localidad, la castañera. Dejando nuestro camino, nos introduciremos durante menos de 100 metros por una senda para visualizar este imponente árbol de multitud de brazos nada común en la orografía de la zona y que cuenta con más de 400 años de antigüedad.
Retornaremos a la senda principal para continuar paseando entre alcornoques, cultivos y vegetación mediterránea siguiendo el curso de las aguas del barranco para llegar hasta la fuente de Almanzor. Según narra la leyenda, un guerrero morisco, Selim Almanzor, en pleno combate contra los cristianos en la Guerra de Espadán, todas las fuentes de la Sierra estaban secas y necesitaba agua para lavar su cuerpo malherido. Fue una esclava cristiana, de nombre Isabel, la que le condujo hasta la Fuente de Almanzor, que daría agua a todo el pueblo. A cambio de ello, la esclava pidió su libertad.
Desde la fuente continuaremos nuestra ruta adentrándonos por una senda de preciosas vistas donde cruzaremos en varias ocasiones el río. Continuando la senda, llegaremos al final de la misma que cruzará una pista. El retorno al inicio de la ruta lo realizaremos por el mismo camino.
Fuente: Levante de Castellón
jueves, 15 de junio de 2017
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